PANDEMIA: "TE CAES O VUELAS"
Por Josué Mauro Marocho Orué 📚✍
"No es cuánto dinero ganes, sino cuánto dinero conservas, qué tan duro trabaja para ti y para cuántas generaciones lo conserva".
Durante este tiempo de cuarentena
obligatoria, muchas familias peruanas se vieron seriamente perjudicadas por el
desembolso de sus ahorros, las deudas financieras y subsecuente pérdida de
millones de empleos; siendo así, pese a que el Estado viene subsidiando con
bonos a más de cinco millones de hogares, la economía familiar está colapsando, más aún si la actividad productiva dependía del sector turismo (el
sector más golpeado).
Aunado a ello, esta pandemia
evidenció las deficiencias y vulnerabilidad del gobierno peruano ante el
comercio informal, el mismo que sigue representando uno de los ejes de impulso de la economía
nacional; siendo así, las medidas restrictivas del gobierno no fueron
suficientes para aplicar strictu sensu
el famoso eslogan: “Yo me quedo en casa”; asimismo, los focos de infección se
vieron incrementados debido a la “imprudencia necesaria” de la población, la misma que actualmente ya no cuenta con fuentes de financiamiento para sobrevivir.
Por lo que, la economía familiar pide a gritos la apertura de la actividad comercial y refleja la ineficiencia
de los distintos programas estatales, que a fin de cuentas, solo resultaron ser
un calmante para este proceso de convulsión social; circunstancia, que por cierto, fue ratificada por el panorama internacional. Es así que el Covid-19, solo puso a flote la insostenibilidad económica y la dependencia en las
instituciones público-privadas dentro de nuestro país; trayendo consigo esta experiencia amarga que hoy en día solo puede ser afrontada con la creatividad y emprendimiento de todos
los peruanos, quienes instalan día a día sus negocios improvisados (comercio por delivery) para hacer frente a la escasez y
agotamiento de activos (ahorros).
Otro suceso que también despertó mucha inquietud y decepción en la ciudadanía, es sin duda el subsidio privilegiado a los sectores empresariales más grandes del país con el programa "Reactiva Perú" [1]; donde el Ministerio de Economía y finanzas prestó la suma astronómica de 24 mil millones de soles a personas jurídicas y naturales [2] con el objeto de dotar de liquidez y dinamizar la economía nacional; empero, el mayor porcentaje (71%), fueron a parar a manos de las grandes empresas; 20% a las pequeñas y solo el 7% a las medianas y micro empresas; lo que evidencia sin lugar a duda, el privilegio estatal a la élite representada por la CONFIED.
Entonces resulta que, la moraleja que nos trae éste desastre financiero, es sin lugar a duda el apostar por la variabilidad productiva y la independencia financiera para afrontar éste y futuros desastres de la economía global; ya que, aprehendimos que ni el Estado puede garantizar el cumplimiento de los decretos de urgencia, si la sociedad no está en la capacidad de afrontar económicamente el famoso eslogan “quédate en casa”, más aún si no se puede satisfacer las necesidades de una población vulnerable.
En conclusión, en base a ésta experiencia "fortuita", esperemos que Dios a posteriori nos encuentre confesados. Asimismo, que ésta pandemia nos sirva de reflexión y puente para el emprendimiento dentro del mercado interno, ya que comprendimos que no se puede depender del capital estatal o privado; por el contrario, prioricemos la educación financiera como motor de desarrollo personal.
FUENTES
[1] Plataforma Única del Estado Peruano
[2] Ministerio de Economía y Finanzas
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